Piura es una de las ciudades más afectada por el COVID-19. Entre los importantes esfuerzos que hacen técnicos, enfermeras, laboratoristas, obstetras, nutricionistas, médicos para atender a pacientes de esa región, está la loable acción que realiza la doctora Sandra Briceño Alzamora, directora del hospital Jorge Reategui Delgado de ESSALUD, un nosocomio nivel ll-1 en Piura; quien además es miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Como directora ella monitorea toda la parte organizacional del hospital junto a su equipo de gestión para garantizar la consulta externa, hospitalización y emergencias, así como el servicio que brinda ESSALUD en línea.
- La doctora Briceño equipada con los implementos de seguridad para trabajar en el hospital
- La doctora Briceño con sus hijos la mayor Ximena la mayor, Rizieri y la menor Camila
- La doctora Briceño con parte de su equipo en el hospital Reátegui
- La doctora Briceño es maestra del curso de seminarios en el barrio Miraflores
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La doctora Briceño comenta que en esta crisis sanitaria es muy difícil atender adecuadamente, pues tienen desafíos con los equipos necesarios, y la infraestructura adecuada para atender la demanda y gravedad de los pacientes, así también con el equipo de protección para los profesionales de la salud, el cual es escaso. La doctora llama al equipo que la acompaña “Mis guerreros” pues dirigidos por la jefa de emergencia la Dra. Julissa Huamanchumo hacen una gran labor.
Ella comenta que a veces la embargan sentimientos de pesar y dolor por no poder brindar al personal mejores equipos de protección, y por no tener más lugar para aliviar el sufrimiento de los enfermos. Pero es en estos momentos en los que ella siente mucha fuerza espiritual, porque en estas duras circunstancias su fe en Cristo ha crecido enormemente y es esa fe la que trasmite cada día a su equipo de trabajo al recordarles que no están solos, que cuentan con la guía y la luz de Cristo y que al estar al servicio de los pacientes están al servicio de Dios. También nos comenta que a pesar de las dificultades han recibido el apoyo de instituciones en material de protección y agua para el personal.
Como miembro de la Iglesia de Jesucristo se siente muy agradecida porque aprendió a sentir el gozo de servir al necesitado y brindar palabras de aliento en medio de su aflicción. Nos cuenta que ha orado y ayunado no solo por los pacientes que llegan a los hospitales; sino también por el personal médico que al estar en contacto con los enfermos se infectan cada día. Al llegar a casa cada noche no puede ir y dar un abrazo a sus hijos sin antes tomar una ducha para evitar cualquier posibilidad de contagio. Comenta que un día de la semana sale un poco antes del trabajo para realizar su noche de hogar, ella siente que la oración familiar diaria la fortalece.
Entre las experiencias que ha tenido contó que un sábado por la noche una paciente que estaba internada en otra área resulto positiva al COVID - 19, y debía ser trasladada al área de aislamiento, pero ante la falta de personal, ella se vistió con el equipo protector y al llegar al área, las técnicas se animaron de verla y de saber que no estaban solas. Ella comparte con su equipo una de sus escrituras favoritas en Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Ella culmina la entrevista no sin antes recomendarnos cumplir estrictamente con la cuarentena, el aislamiento social y el completo lavado de manos.